martes, 16 de junio de 2020

Cuento "LOS AMIGOS DE LA NOCHE"



Tomás tenía miedo a la oscuridad. La noche no le gustaba nada. Y aunque tuviera mucho sueño nunca quería cerrar los ojos. Para él la luz era su gran amiga y aliada porque cuando ella reinaba siempre podía jugar. Además, cuando entraba en alguna habitación oscura siempre acababa dándose algún golpe. El miedo a no ver nada le paralizaba y le hacía temblar mucho. Y no entendía por qué tenía que existir la noche.

Se acercaba el invierno y las horas de oscuridad iban a empezar a robar tiempo al sol. Por ello, el abuelo de Tomás quiso explicarle al pequeño la importancia que tiene la oscuridad. Le habló primero de la Luna, quien solo podía salir a saludar si el Sol se iba a dormir. Además, a esta todas las noches le gustaba bailar con las Estrellas, pero si había luz su mágico espectáculo no podían verlo los niños desde la Tierra.

Tomás también descubrió con su abuelo que para iluminar la noche existía una luz muy especial: las luciérnagas, esas pequeñas danzarinas a las que les gusta revolotear cerca de nosotros. Pronto olvidó Tomás a los dinosaurios y unicornios para ser fan de las luciérnagas, ya que estas sí que son seres mágicos pues tienen el mayor de los poderes: crear luz.

Y había más. El abuelo de Tomás le contó que la noche tiene a sus propios amigos. El sabio búho que todo lo vez, el murciélago misterioso que susurra secretos, el grillo cantarín… Pero lo que le terminó de convencer fue recordar que es durante la noche cuando Papá Noel, los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez viven sus grandes aventuras.

Tomás ya quería jugar con la noche. Pero, ¿estaba preparado? Era el momento de recibir el mejor de los regalos: una linterna. Con ella Tomás se sintió un superhéroe, ya que él también con su nueva linterna podía crear luz cuando quisiera. Desde entonces tenía el don de poder encender la noche e iluminar la oscuridad. Ya no habría más golpes. Era el momento de empezar a descubrir los secretos de la noche y conocer a sus nuevos amigos nocturnos.

Fábula: "LA LIEBRE Y LA TORTUGA"

Complete el siguiente ejercicio llenando los huecos correspondientes.
En el mundo de los vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz.

Por eso, constantemente se reía de la lenta .

- ¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.

Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.

- Estoy segura de poder ganarte una carrera - le dijo.

- ¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.

- Pues sí, a ti. Pongamos nuestra en aquella piedra y veamos quién gana la carrera.

La liebre, muy divertida, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la . Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.

Confiada en su , la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura!

Luego, empezó a correr, corría como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo.Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.

Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha. Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse.

Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta.

Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.

Aquel día fue muy para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse jamás de los demás.

Moraleja: no se debe uno burlar de los demás, ni presumir o ser vanidoso.

--- FIN

Crucigrama sobre "LA LIEBRE Y LA TORTUGA"


Desarrolle el siguiente crucigrama.
 1     2            
              
  3              
           4     
5    6              
              
              
              
  7          8      
              
              
              
              

Cuento sobre la vida de "Frida Kahlo"




Guillermo y Matilde eran felices viviendo en su casa azul en Coyoacán, una ciudad de México, viendo cómo Frida y sus demás hijas crecían sanas y fuertes.


- ¿Papá me dejas hacer una fotografía? - le pedían constantemente a su padre, fotógrafo de profesión.


Un día, cuando estaba a punto de cumplir seis años Frida empezó a encontrarse muy enferma.


- ¿Qué le pasa a Frida? - preguntaron sus hermanas.


- Frida tiene poliomielitis. Es una enfermedad que afecta a la médula espinal - les explicó su madre muy preocupada.


Desde ese día a la pequeña le cambió la vida. Todos los días se veía sometida a largas sesiones de rehabilitación, consultas médicas y, para colmo, la pierna afectada quedó mucho más delgada que la otra y no tenía tiempo para estar con sus amigos.


Un día mirando por la ventana vio cómo unos niños jugaban al fútbol.


- ¿Frida, quieres jugar al fútbol? - le animó su padre siempre pendiente de ella.


Aunque no era corriente que las niñas hicieran deporte y jugaran al fútbol, Frida lo hacía todos los días con mucho tesón, para que sus piernas recobraran fuerza y movilidad.


Un día dijo a sus padres decidida:


- ¡Quiero ser médico!


Aunque tampoco era normal en esa época que las chicas estudiaran medicina, sus padres apoyaron a Frida, como siempre hacían, y la animaron a ello.


Una mañana, con diecinueve años, yendo a sus clases tuvo un horrible accidente: un tranvía arrolló el autobús en el que viajaba.


De nuevo la vida de Frida cambió de manera drástica.


Obligada a estar mucho tiempo en la cama, las noches con dolor parecían interminables; no encontraba consuelo a su nueva situación. Tuvieron que operarla en treinta y dos ocasiones.


Una tarde que estaba un poco más animada se acordó de las pinturas que su padre tenía en el estudio.


- ¿Me puedes traer la caja de pinturas? - le pidió a su padre.


Al otro día, buscando entretenerse, Frida empezó a pintar y resultó que, en los pinceles, además del entretenimiento, halló una manera de expresar todo el dolor que estaba sintiendo.


Aunque su estado físico estaba muy deteriorado, con el tiempo y los cuidados de sus padres se fue recuperando.


Continuó dando rienda suelta a su creatividad; sobre todo pintando autorretratos, rostros de mirada profunda y dolorosa, y escenas en las que se representaba en importantes etapas de su vida intentando escapar de su dura realidad.


Poco a poco fue reconocida en el mundo de la pintura. Conoció a Diego Rivera, artista muy famoso por sus murales, se casó con él, y se fue a vivir a Estados Unidos donde alcanzó tanta popularidad como su marido; fue un matrimonio infeliz.


Al final de su vida tuvieron que amputarle una pierna y falleció en su casa color azul, hoy en día museo que lleva su nombre.


Pero Frida también encontró en la escritura otra manera de expresar sus sentimientos. Demostró al mundo entero que, a pesar de la adversidad y su desgraciada vida, fue una mujer fuerte, valiente y digna de admiración.

 

 

Ejercicio de ordenar palabras "Frida Kahlo"


ACTIVIDAD DE ORDENAR PALABRAS

Ordena las siguientes palabras hasta formar una oración con sentido haciendo clic sobre cada palabra